domingo, 8 de noviembre de 2009

SABIDURIA

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si tú andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron ¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo!, si no, déjalo ir, cierra capítulos.
Dite a ti mismo que no, que no vuelves. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tú ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.
Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, es desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando tú viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Esa es la vida!
http://www.youtube.com/watch?v=beXy25rm3fE

5 comentarios:

  1. El poder del ahora de este mismomoentoes donde se concentra el cambio para bien o mal, el futuro esta congelado, esperando a que alguien se acuerde el.

    Saludos Don Juan!!!!

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  2. Me gusta la forma tan positiva que tienes de afrontar las cosas.
    La vida parece un pasillo enorme lleno de puertas que abrir y cerrar.
    un beso.

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  3. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir, pero conviene aprender de ellos que todo son experiencias... Verdad?
    Saludiños.

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  4. Qué más a añadir?
    Poca cosa, sabes de sobra que tenemos visiones muy parecidas sobre estos temas.
    Aunque en otros... jajaja
    Sólo vive, te lo mereces mi niño!
    besito, guapo!

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